La diferencia radica en que en una oficina de farmacia la contratación es privada, es decir, es el propio responsable de la farmacia el que decide a quién contrata para trabajar en su establecimiento. Sin embargo si se trata de un hospital público, el acceso sí que es a través de una oposición o incluyéndonos en una bolsa de trabajo jerarquizada según un sistema de puntos que se adquieren por formación acumulada, experiencia profesional, etc. A no ser que se trate de un hospital privado, o de gestión privada, donde la contratación también sería privada.