Muchas células tienen el potencial de reposo estable, pero otras células permiten el paso selectivo, lento y paulatino de sodio y la salida de potasio hasta que llega un momento en que el potencial de reposo se altera (se invierte) generándose un impulso eléctrico (potencial de acción) que se desplaza por toda la membrana. Si la célula está en contacto con otra, como sucede en el músculo, el potencial de acción pasa de una célula a otra.